Trabajadores vs Ley de Bases (1990)

Este Día Internacional de los Trabajadores estuvo marcado por una embestida contra los derechos laborales. Ahora, el proyecto sigue su curso parlamentario: será girado al Senado, donde debe ser aprobado también por mayoría simple para ser sancionada, promulgada y publicada en el Boletín Oficial.

 

La nueva reforma laboral que lleva el título de “modernización” busca flexibilizar aspectos clave como la posibilidad de reemplazar la indemnización por un fondo de cese laboral que se deducirá del salario mensual, la extensión del período de prueba a seis o 12 meses y la exención de multas para empresarios que no hayan registrado a sus empleados.

Milei ya había dado señales de su radicalidad cuando dijo en campaña que derogaría el artículo 14 bis porque, esgrimió, “es el cáncer de la Argentina”. En un claro retroceso, su reforma laboral habilita a que si un empleador despide por causa de origen sindical, étnico, racial, religioso solo deba pagar un poco más de indemnización. Hoy ese tipo de despidos son nulos y quienes son víctimas de ellos deben ser reincorporados.

Se trata de cambios en asuntos clave que tienden a reducir los costos laborales y habilitar los despidos. Es decir, busca recuperar el poder del sector empresarial y no “mejorar la calidad de vida de los trabajadores” y el “desarrollo económico del país” como promete.

La reforma laboral impulsada desde el Gobierno precariza las condiciones de trabajo y la volatilidad del empleo. Se habilita que mediante la negociación colectiva se cree un denominado fondo de cese laboral en reemplazo del sistema indemnizatorio contemplado en la ley del Contrato de Trabajo de 1974. El modelo que propone es el que rige en el sector de la construcción, que, por su dinámica, implica contrataciones temporales por duración de una obra. Así, se reducirían las indemnizaciones y se facilitaría el despido.  Se posterga el acceso pleno a los derechos laborales.

Lo más polémicos que se destaca es la delegación de facultades legislativas al presidente en materia administrativa, económica, financiera y energética por un año, la autorización para privatizar empresas públicas y cerrar organismos estatales y el fin de las jubilaciones para quienes aportaron menos de 30 años a la seguridad social. Esta última medida perjudica particularmente a las trabajadoras. Quienes a los 60 años no lleguen a reunir 30 de aportes, deberán esperar a cumplir 65 años para tramitar una pensión (PUAM), que tiene un monto un 20% menor que la jubilación mínima.

En un giro impositivo en beneficio de los más ricos, la Ley Bases incluye una reducción gradual hasta su casi extinción del impuesto a los bienes personales (riqueza). Mientras el Gobierno recorta presupuestos científicos, educativos, sociales y sanitarios, el Estado dejará de recaudar 0,36% del Producto Interno Bruto en 2024, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.

La Asamblea de Residentes y Concurrentes (ARyC) de la Ciudad de Buenos Aires denunció además que el Gobierno porteño no abrirá nuevos cupos para las concurrencias médicas en los hospitales públicos durante 2024. Los profesionales de la salud se enteraron de la novedad con la publicación de los concursos oficiales para este año, aunque desde el Ministerio de Salud aseguran que la reducción se debe a la decisión de “aumentar” las plazas para residentes por sobre las concurrencias. La asamblea, sin embargo, sostiene que eso “no compensa el cierre de cargos” en servicios que en muchos casos se sostienen casi en su totalidad por el trabajo de los y las concurrentes.

Un presente con olor a pasado, volvimos a los años 90?

Durante la década del 90, Argentina experimentó un cambio significativo en su modelo económico y político, adoptando el neoliberalismo como su principal ideología. Este enfoque se caracterizó por la privatización de empresas estatales, la liberalización del comercio y la inversión extranjera, la reducción del gasto público y la flexibilización laboral. Aunque inicialmente se creía que estas políticas llevarían a un crecimiento económico sostenido, la realidad fue muy diferente. La década del 90 se convirtió en una época de crisis económica y social, con altos niveles de desempleo, pobreza y desigualdad.

Uno de los cambios más significativos fue la implementación del Plan de Convertibilidad en 1991, que estableció una paridad fija entre el peso argentino y el dólar estadounidense.

Este plan tuvo como objetivo principal controlar la inflación, que había alcanzado niveles alarmantes en la década anterior. Sin embargo, la convertibilidad también tuvo efectos negativos en la economía argentina, como la pérdida de competitividad de la industria nacional y la dependencia del país en la economía estadounidense.

Aquí hay algunos detalles sobre las privatizaciones en ese período:

  • Entel: Una de las primeras y más importantes privatizaciones fue la de Entel (Empresa Nacional de Telecomunicaciones). El valor de Entel se fijó en 1.672 millones de dólares, aunque se estimaba que el valor real de sus activos duplicaba esa suma1.
  • YPF: La YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) también fue privatizada. YPF era una empresa estatal de petróleo y gas. La privatización permitió la entrada de inversores privados en el sector energético.
  • Ferrocarriles Argentinos: El sistema ferroviario estatal también fue objeto de privatización. La gestión de los ferrocarriles pasó a manos privadas.
    Gas del Estado: La empresa estatal de gas, Gas del Estado, también fue privatizada. Esto permitió la participación de empresas privadas en la distribución y comercialización de gas natural.
  • Aerolíneas Argentinas: La aerolínea estatal Aerolíneas Argentinas también fue privatizada. Sin embargo, esta privatización fue controvertida y tuvo consecuencias significativas para la industria de la aviación en Argentina.

 

En total, 67 empresas públicas fueron privatizadas durante los años 90, incluyendo las mencionadas anteriormente. Estas privatizaciones tenían como objetivos obtener recursos para paliar el déficit fiscal, mejorar la eficiencia de los servicios públicos y atraer inversiones del sector privado. Aunque proporcionaron ingresos inmediatos, también generaron debates y críticas debido a sus efectos a largo plazo en la economía y la sociedad argentina.

Además, durante los 90 se produjo una apertura económica y comercial del país, lo que permitió la entrada de productos extranjeros y la salida de productos argentinos al mercado internacional. Esto generó una mayor competencia en el mercado interno y una mayor exposición de la economía argentina a los vaivenes de la economía global.

Estas políticas tuvieron un impacto significativo en la economía argentina, generando un crecimiento económico en los primeros años del gobierno de Menem, pero también una serie de problemas a largo plazo, como la creciente desigualdad social y la crisis económica de 2001.

El plan hoy es lucha y movilización el Pueblo está en estado de alerta ante un gobierno represor, neoliberal y vende patria. A la marcha por el Día del Trabajador de ayer le seguirá el 6 de mayo un paro de transporte aéreo, terrestre, portuario y marítimo, y tres días después se manifestará la CGT en contra de los más de 10.000 despidos de empleados estatales. Esto ya lo padeció el pueblo argentino, más memoria y más conciencia, vienen por vos, por mí, por todos y por todo.

 

Staff y Editores

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