Día internacional de la prevención del cáncer de mama.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 19 de octubre como el Día Mundial contra el Cáncer de Mama. No obstante, este mismo organismo declaró todo octubre como “mes rosa” con el propósito de incrementar la atención y el apoyo a las mujeres y hombres que padecen esta patología.
En el marco del Día Mundial de Lucha contra el cáncer de mama se observa un rasgo sobresaliente, hay una tendencia en el crecimiento de los casos en mujeres menores de 40 años. Si bien los índices de supervivencia que alcanzan el 95% cuando es diagnosticado en sus estadios iniciales, según datos de la SAM (Sociedad Argentina de Mastología), el 10% de las mujeres diagnosticadas no alcanzó los 40 años y entre el 25% y el 30% del total son premenopáusicas.
El diagnóstico precoz es la mejor estrategia contra el cáncer de mama. A partir de los 40 años todas las mujeres deben realizar una mamografía anual.
Para las más jóvenes, las recomendaciones son las siguientes:
Conocer las singularidades de las mamas y ante cualquier cambio como aparición de un nódulo, distinta coloración o tamaño, engrosamiento de la piel, retracción o secreción del pezón, consultar rápidamente con el especialista.
Las mujeres cuya madre, hermana o hija tuvieron cáncer de mama deberán comenzar los controles con mamografía diez años antes de la edad del diagnóstico del familiar más joven.
Además, los especialistas recomiendan realizar el control ginecológico anual. Seguir una dieta balanceada y ejercicio físico, como factores protectores.
Recomendaciones para realizarse el autoexamen:
El primer paso es una inspección visual, en el que la mujer deberá pararse con el torso desnudo frente al espejo, manteniendo los brazos a los costados. Entonces deberá observar:
- Arrugas, hoyuelos o alteraciones en el tamaño, la forma o la simetría de los senos.
- Si los pezones están hundidos (invertidos).
También deberá modificar su posición, inspeccionando las mamas mientras:
- Hace presión sobre sus caderas con las manos.
- Levanta los brazos sobre la cabeza y hace presión con las palmas de las manos una sobre otra.
- Levanta las mamas para observar si los pliegues de la base son simétricos.
Luego se deberá pasar a la parte manual del autoexamen, tocándolos para encontrar anomalías. Para facilitar el proceso, se recomienda realizarlo acostada o en la ducha. Otros consejos son:
- Utilizar las yemas de los dedos u otra parte de la mano que sea más sensible, por ejemplo, la palma o el dorso de los dedos.
- Aplicar diferentes niveles de presión. El objetivo es palpar todo el tejido mamario. Aplicar presión ligera para palpar el tejido más próximo a la piel, presión media para palpar un poco más profundo y presión firme para palpar el tejido más próximo al tórax y a las costillas. Es necesario utilizar todos los niveles de presión antes de pasar a otra zona.
- Tomarse el tiempo necesario. Un autoexamen cuidadoso requiere de varios minutos.
- Seguir un patrón. Es útil seguir una técnica metódica para garantizar que has examinado la mama completa.
En qué casos es preciso consultar a un médico
A partir del autoexamen, las mujeres pueden identificar algunas anomalías en sus mamas que, aunque en su mayoría pueden ser benignas, requieren el análisis de un profesional calificado. Estas son:
- Un bulto o nódulo duro cerca de la axila.
- Cambios en la forma en que se ven o se sienten las mamas, incluidos un engrosamiento o una pesadez notable, diferentes al tejido circundante.
- Hoyuelos, arrugas, protuberancias o crestas en la piel de la mama.
- Un cambio reciente en el pezón: se retrae (invierte) en lugar de sobresalir.
- Enrojecimiento, sensación de calor, hinchazón o dolor.
- Picazón, escamas, llagas o erupciones.
- Secreción sanguinolenta del pezón.