El diálogo es absolutamente fundamental para poder gobernar

En la sede de la Conferencia Episcopal y durante más de una hora habló de la situación social, de la pobreza, los primeros pasos de la gestión de Javier Milei y del papa Francisco. El presidente del Episcopado resaltó que “la Iglesia se presenta ante un mundo en guerra, un mundo con mucha violencia, muchos extremismos, un mundo con populismos de distintos signos que de alguna manera manipulan a las personas”.

 

“La Iglesia quiere presentarse a través del Sínodo como un ejemplo, un modelo. Tenemos que tomar este estilo en la humanidad, porque si no nos escuchamos, no vamos a poder avanzar ni vamos a poder subsistir”, consideró.Las palabras de Ojea sirvieron de introducción y contexto para abordar la situación argentina, que combina desafíos y problemáticas tan profundas y antiguas como urgentes. El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Oscar Ojea, alertó sobre el impacto que está teniendo el plan de ajuste en las condiciones de vida de los más pobres y de la clase media, reclamó que se mantenga la distribución de alimentos mediante la participación de los movimientos sociales que administran comedores populares, y describió un complejo panorama social, desde la falta de acceso a remedios para el dengue, a una aguda crisis en los colegios católicos.

“El diálogo es absolutamente fundamental para poder gobernar. Tenemos un sistema con instituciones que interactúan, no pueden estar unas sobre otras, tiene que haber interacción. Y tenemos que aceptar las distintas miradas. No hay un solo modo de ver, no hay un este la ve y este no la ve”, consideró monseñor Ojea. El prelado aseguró que en el país “se ha instalado una suerte de guerra entre pobres; la cultura en la que vivimos hace que nos miremos como enemigos, desconfiando unos de otros”. Y describió una escena conmovedora que, según reveló, se viene registrando en el último tiempo: “Nosotros ya tenemos adultos en los comedores y es un termómetro que marca la necesidad. En algunos comedores del gran Buenos Aires, donde había 50 personas, ahora hay más de 100″.

El presidente Milei, puso en marcha una profunda reforma de la asistencia, que va desde la eliminación del plan Potenciar Trabajo, a sacar a movimientos sociales y piqueteros del reparto de la comida para los pobres.

“La Iglesia termina siendo defensora de que todos puedan comer. Para hacer llegar el pan a los barrios es necesario no discontinuar a los grupos ya existentes que están trabajando (…) Todo lo que atente a que los bienes primarios, como son los alimentos, no lleguen a nuestra gente no es bueno. Este es el modo concreto como están llegando actualmente a la gente. En el caso de que se quiera hacer un proceso de cambio, hay que hacerlo de otra manera, sin discontinuar”, manifestó el presidente del Episcopado.

“para gobernar necesito entrar en contacto con la realidad, porque justamente tengo que intentar transformar la realidad. Es imposible que yo tenga contacto con toda la realidad, entonces, de alguna manera, tengo que dejarme ayudar”. Y agregó: “Puede haber como una lejanía al no conocer cómo se dan en los hechos ciertas cosas (…) No se trata de una persona que come según su tarjeta, si no se trata de una comunidad que se alimenta”.

Sobre la falta de medicamentos, monseñor Ojea manifestó que en Argentina “tenemos dengue y hoy estamos atravesando una epidemia”, mientras se están recibiendo muchos pedidos de paracetamol, sobre todo desde la zona del NEA, “una medicación que acá la tenemos al alcance de la mano pero en el noreste del país está faltando”. También subrayó que “tenemos un problema con los remedios oncológicos, porque para una parte de la población no son del todo accesibles, sobre todo entre los jubilados y los más pobres”.

Y también contó que la situación de los colegios católicos “es realmente muy complicada, muy difícil”. “En nuestros colegios que tienen el aporte del 100% tienen toda una planta funcional que las organizaciones privadas tienen que sostener, pero las cuotas no suben o no pueden subir en la misma medida en que suben los sueldos de los gremios. Además, la gente no puede pagar cuotas demasiado altas”.

Hay una enorme cantidad de pequeñas cosas que a través del FISU se pudieron lograr, Lo que significa para alguien que vive en un barrio carenciado una cloaca o el trazado de una calle que de alguna manera lo integra. Todo lo que tiene que ver con la integración es fundamental, porque todo lo otro no nos divide. Para el hacinamiento: en ese programa “Mi pieza” tener un lugarcito más para que la familia viva mejor. Para el mejoramiento de un baño. Al presidente le diría que no abandone esto, que es fundamental, yo diría que la contención tiene que ver también con el modo de vivir.

Estaba reflexionando que muchos medios nuestros cuando tienen que pintar la situación de un barrio carenciado, pintan lo más tenebroso. La delincuencia, un crimen, un robo. Por supuesto que esas cosas las tenemos y son problemas muy serios y tienen que ver con la inseguridad y se dan en nuestro país y se dan en todos lados. Pero sin embargo no tenemos oportunidad de entrar en contacto con la enorme cantidad de valores que se viven entre los más pobres, entre los barrios carenciados.

Lo que significa cuidarse los chicos uno a otro, cuidar de los enfermos, lo que significa cuidar a los ancianos. Hay una solidaridad espontánea que hace que el ser humano también pueda ser feliz allí. Hay muchos valores que tenemos que aprender. En la Exhortación sobre la Alegría del Evangelio, el Papa dice que ellos, por compartir de una manera especial los dolores de Cristo, nos enseñan muchas cosas, son como maestros. Pero en los medios hay ciertas realidades que no están destacadas.

Staff y Editores

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