Eva Peron a 70 años de su fallecimiento.
Larga es la lista de actividades, marchas y movilizaciones que se realizaran en el día de hoy, en conmemoracion de la muerte de Eva Peron, en su 70 aniversario, su fijura ya trasciende los tiempos asemejandoce a un mito, una santa, o la raiz de todos los males.
Lo cierto es que “Evita”, nació en territorio bonaerense en 1919 pero con su muerte, el 26 de julio de 1952 volvio a marcar un hito en la historia argentina.
Hija de Juan Duarte y Juana Ibarguren, hija de un carrero y una puestera criolla, luego de la muerte del padre, la familia se quedó sin sustento y decidió trasladarse desde Los Toldos a Junín, cuando Eva tenía ya 11 años, descubrió su primera vocación: la actuación.
Desde 1935 participó en importantes obras teatrales, siendo destacada por la prensa en algunas oportunidades. Películas, radioteatros, tapas de revistas, le permitieron crecer rápidamente en la dirección soñada.
Pero fue cuando conocio a Juan Peron que el rumbo de su vida cambiaria y no solo el de ella si no el de todos los argentinos logrando un protagonismo central en la vida política argentina.
Fueron los derechos políticos de las mujeres, la creación del Partido Peronista Femenino, la fundación de ayuda social, los estrechos vínculos con los sindicatos y una intransigente defensa de Perón frente a “oligarcas”, “cipayos” y el “imperialismo”, anatemas del peronismo, marcaron los más de seis años que la tuvieron en la primera escena nacional.
En 1951, la CGT la postuló como candidata a vicepresidenta. Sin embargo, la oposición de las Fuerzas Armadas y su delicado estado de salud hicieron que ella misma declinara la postulación.
Murió a los 33 años por un cáncer de cuello uterino, tras una larga y dolorosa agonia se transformo en una martir.
Otro capitulo en esta historia fue la peregrinacion del cuerpo de Eva, Tomás Eloy Martínez en su novela Santa Evita (1996) cuenta con detalles el peregrinaje a que fue sometido el cuerpo momificado de Eva Perón.
Para muchos era evidente el poder que tenía el alma de Eva ya que todos los que la manipularon terminaron mal: el capitán Galarza quedó desfigurado cuando con el coche que transportaba a Eva volcó. Murieron dos soldados y él sufrió un corte en la cara de 33 puntos (uno por cada año de Eva). Arancibia terminó en la prisión de Magdalena por haber matado a su mujer embarazada al confundirla con un ladrón cuando escondía a Eva en un altillo del barrio de Saavedra. El coronel Moori Koenig que amaba e injuriaba el cuerpo fue primero confinado en el Golfo San Jorge, luego fue internado varias veces con delirums tremens y por coma alcohólico.Mientras el cuerpo de Eva deambuló por las calles de Buenos Aires, donde quiera que estaba aparecían flores y velas.
Finalmente, la revolución libertadora decide darle un entierro cristiano y es enviada en el barco Conte Biancamano con el nombre de María Maggi de Magistris y enterada en el cementerio de Milán.
En 1971 el cuerpo fue entregado a Perón en Puerta de Hierro (Madrid) -el coronel encargado de esa tarea afirma que hicieron tiempo para no llegar justo a las 20:25. Tres años después Isabel Perón (presidente de la nación Argentina) trae de regreso los restos a Buenos Aires y son ubicados en la capilla de la quinta presidencial de Olivos, junto a Juan Perón. Con el golpe de estado de 1976, Eva es trasladada a una bóveda en el cementerio de Recoleta donde se está su hermano Juan.
Santa Evita
Las circunstancias de la muerte de Eva Perón se asemejan a las de las mujeres que fueron popularmente canonizadas: murió joven y tras una larga y dolorosa agonía. Para sus detractores era un «castigo divino»; para sus seguidores una mártir y «una santa por eso voló hacia Dios» (Dujovne Ortiz 1996). Sus acciones, por otra parte, fueron comparadas con las actitudes de Robin Hood: Evita le sacaba a la oligarquía para darle a los desposeídos.
Para las clases sociales menos favorecidas, ella encanaba la reivindicación, la lucha contra las injusticias, así como sus sueños y fantasías. Tomas Eloy Martínez afirma que «su muerte fue una tragedia colectiva. Sin la Dama de la Esperanza no podía haber esperanza. Sin la Jefa Espiritual de la Nación, la nación se acababa» (1996:185).
La consagración del voto femenino en 1947 hizo que Evita pasara a la historia como la “artífice indiscutida de los derechos políticos de la mujer en la Argentina”.