En la 7° (séptima) Marcha por la Soberanía al Lago Escondido, en Rio Negro, la patota de Lewis ataco a los manifestantes en forma de casería violentamente.
(Video del ataque hacia los manifestantes)
La Fundación Interactiva para Promover la Cultura del Agua (FIPCA), organizadora de la
#MarchaPorLaSoberanía, difundió material audiovisual que reconstruye el ataque este miércoles 1 de febrero por parte de una patota de peones del magnate Joe Lewis junto a personal de policía comunal contra participantes de la marcha, entre los que se encontraban referentes políticos y una fotoperiodista.
“Los marchantes fueron atendidos por los puestos sanitarios del lugar y luego de las 18:25 concurrieron a la guardia del centro hospitalario ubicado en calle 25 de Mayo, al 2674 – relata la FIPCA – Julio Urien explicó que el grupo ingresó al camino de Tacuifí por un sendero público, ‘cuando le avisamo a la policía que iban a salir por la tranquera, los servidores de Lewis los agredieron a caballo, fue una verdadera cacería'”.
Asimismo, agregaron: “la periodista Julieta Luna relató que fue atacada con palos y que el primer encuentro fue con Pablo Pucci, quien los amenazó y les señaló que el camino privado era ‘deshabitable para caminar’. Los gauchos a caballos rodearon a los marchantes para golpearlos a rebencazos y tomaron a la fotoperiodista Alejandra Bartoliche para arrastrarla por el piso”, denunció la fundación.
También informó que “Celeste Fierro (referente del MST FIT-Unidad), entre otros manifestantes, fueron al socorro de la camarógrafa y continuaron siendo golpeados. La militante recibió un golpe en la cabeza que le causó una herida profunda”.
En tanto, la FIPCA también denuncia que “Luna, de ‘Periodismo de izquierda’, indicó que los policías aparecieron en un vehículo de los trabajadores rurales y sin handies, lo que generó desconfianza y decidieron esperar a las ambulancias para salir del lugar”.
Finalmente, agrega: “según los partes médicos, Joel Sverdlik (de La Cámpora) fue atendido por un edema en la rodilla, moretones en la zona occipital izquierda del cuero cabelludo y las costillas”.
Con la complicidad Policial y del Estado de forma violenta, la patota de Lewis, reprime a los manifestantes defensores de la soberanía, con toda impunidad. Esta violación a los derechos humanos tiene que terminar. Las personas tienen derecho a protestar pacíficamente, y los Estados tienen el deber de respetar, facilitar y proteger este derecho. Esto significa que no deben interferir en las protestas, a menos que exista una amenaza legítima para la seguridad y los derechos de otras personas. En este caso se tendría que penar legalmente a los autores de esta casería innecesaria.
Staff y Editores