Salta y Jujuy están en llamas, nos incendian las yungas.

El fuego, que los bomberos denunciaron que se originó por la quema intencional en un ingenio azucarero, ya arrasó más de 50 mil hectáreas. Sesenta y cinco  brigadistas están intentando controlar 12 focos de incendios para que las llamas no ingresen al Parque Nacional Calilegua.
La zona se encuentra atravesando un período de sequías, en gran parte producto de las intervenciones del agronegocio sobre el ambiente y el clima: las tabacaleras, para maximizar la producción, largan misiles antigranizo, práctica denunciada en múltiples ocasiones por organizaciones ambientalistas por el impacto negativo que tiene sobre el desarrollo de tormentas.
Las comunidades aledañas a los focos de incendios, tanto en Salta como en Jujuy, se encuentran sufriendo consecuencias físicas producto del denso humo que las recubre. El impacto ambiental, social y sanitario que produce la propagación del fuego es terrible.
Hechos como este son moneda corriente en cada rincón de nuestro país donde la vegetación y la biodiversidad aún presentan resistencia ante el avance de la explotación económica depredadora de nuestro suelo. Por eso es urgente la aprobación de la Ley de Humedales, que ayer recibió dictamen en la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación.
Esta urgente y tan necesaria Ley de Humedades se tarta de una propuesta de legislación nacional de Argentina para la regulación, protección y conservación de los humedales. Argentina tiene 23 Sitios Ramsar de importancia internacional, y se estima que los humedales cubren aproximadamente el 20% del territorio nacional.

Remarquemos que la quema intencional está prohibida por la Ley provincial 5018. Sin embargo el accionar de patronales del sector agrario y agroindustrial, que utilizan este accionar para la limpieza de campos sin ningún permiso, ni plan, o también para la extensión de la frontera agropecuaria, siguen haciendo uso de la misma, produciendo daños irreparables, y quitándose de toda responsabilidad, que terminan siendo avaladas por cada gobierno de turno, incluso el de Morales y su “Jujuy Verde”.

En el 2021 se quemaron más de mil hectáreas en la misma región, pero hubo múltiples incendios en la provincia, donde los focos se mantienen justamente en esta temporada de sequía donde es más propenso que los fuegos generados se expandan y sean incontrolables. Hoy ya son 50 mil hectáreas, nos esta dejando si  tierra.

Ni son accidentes, ni es el clima. Hay que ir a las cuestiones de fondo que tienen que ver con los intereses del agronegocio y de patronales rurales que sólo lucran con el trabajo de familias rurales y no le importan cuidar la naturaleza y preservarla. Es urgente la aplicación con presupuesto de la Ley de Bosques y conservación de bosques nativos para restaurar las áreas dañadas, aprobación de la Ley de Humedales y presupuesto necesario y acorde para los programas de Manejo del Fuego en las provincias y a nivel nacional. Todo eso en base a impuestos a las grandes fortunas de patronales como Ledesma que la levantan en pala.

Basta de prender fuego nuestros territorios. Todo fuego es político. #LeyDeHumedadesYA

Staff y Editores

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