PABLO MíGUEZ “PABLITO”, TENÍA 14 AÑOS CUANDO LA DICTADURA CIVICO-MILITAR ARGENTINA LO “DESAPARECIO”.

“Pablito” fue una de las víctimas de la última dictadura cívico-militar que padeció nuestro país. Pablo era solo un niño, un inocente niño que fue secuestrado en su casa de la localidad de Avellaneda una madrugada de 1977 junto a su madre, Irma Sayago y a su compañero.
El joven estuvo detenido varios meses en el centro de detención clandestino “El Vesubio”. En ese lugar vivió inmerso en el mismísimo infierno, Pablito, como lo llamaban los/as demás detenidos/as vio como torturaban y violaban a su madre e incluso él fue torturado para que su madre firme las escrituras de la casa que tenían.
Pasaron los meses y Pablo Míguez fue pasando por diferentes centros de tortura, hasta que llegaría al último lugar donde fue visto con vida: La ESMA. Allí compartió celda con Lila Pastoriza, periodista y sobreviviente quien relato la historia de Pablito al resto de la humanidad.
“No se sabía qué hacer con él” relataba Lila en uno de los párrafos dedicados a la memoria del joven, estaba condenado porque había visto demasiado, pero nadie, ni siquiera los sicarios de la ESMA se atrevían a cumplir la sentencia.
Pablo era un joven vivaz, alegre, lleno de pesadillas producto de todo lo que había presenciado en los últimos meses, es que en los diferentes centros de tortura, había sido testigo de un sinfín de métodos de tortura, violaciones, asesinatos, etc.
Lo único que pedía Pablito era volver con su padre, el flaco (como lo describía Lila) solo quería recuperar lo poco que estos asesinos no le habían arrebatado. Nadie dio explicaciones, nadie fue responsable, pero se cree que la vida de Pablito llegó a su fin en uno de los “vuelos de la muerte”.
Es por esta Razón que en el Parque de la Memoria podemos ver una escultura que flota sobre El Río de La Plata mirando el horizonte llamada “Reconstrucción del retrato de Pablo Míguez”, mediante la cual la artista Claudia Fontes representó no solo a Pablo, sino también a los más de 500 niños que fueron secuestrados junto a sus padres por los genocidas del 76´.
¿Por qué es importante recordar esta triste historia a 45 años del Golpe de Estado?
Muchas veces se cuestionan las cifras de desaparecidos, se menciona a las víctimas como “culpables de algo”, el famoso “algo habrán hecho”, y no hay mejor forma para lograr que ciertos sectores negacionistas revean sus posturas que ponerle nombre y apellido a cada uno de los 30.000 detenidos-desaparecidos.
Honremos la Memoria de Pablo Miguez y de todos los niños, compañeros y compañeras que hoy no están con nosotrxs, mantengamos vivo en el inconsciente colectivo el recuerdo de lo que sucedió para que realmente no exista posibilidad alguna de que vuelva a pasar. Nunca Más será realidad siempre y cuando no nos olvidemos de nosotrxs, de dónde venimos y la sangre derramada para que hoy en día muchos seamos “hijos de la democracia”.
¡MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA! ¡30.000 COMPAÑER@S DETENIDOS-DESAPARECIDOS PRESENTES,
AHORA Y SIEMPRE!

Staff y Editores

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