Repudiamos los hechos de violencia en Corrientes.
El 25 del corriente se produjo un hecho de enorme gravedad cuando un grupo de personas, entre ellas varias mujeres, fueron atacadas con armas de fuego y elementos contundentes mientras realizaban una actividad política en el Partido de La Matanza. Además de los atacantes, las víctimas divisaron un móvil policial presente. Durante el hecho, se produjeron simulacros de fusilamiento, vejaciones y múltiples heridas.
A pesar de su gravedad, el hecho tuvo poca trascendencia, tal vez porque las víctimas son personas humildes, del conurbano bonaerense, sin presencia en los medios de comunicación ni cargos institucionales. Tampoco ha sido problematizado por los principales dirigentes políticos ni objeto de reflexión pública.
Es una constante en la sociedad argentina que los crímenes contra los humildes, sean estos crímenes comunes, políticos, institucionales, sociales, ambientales, se naturalizan como si existieran ciudadanos a los que se puede dañar sin que nadie se escandalice. La policía no actúa, los jueces no actúan, la política no reacciona, la sociedad no se inmuta. Esto permite que la violencia avance sobre las periferias y las conexiones entre política, criminalidad, barras y narcotráfico se consoliden. Argentina también son esos territorios que están lejos de la “buena sociedad”, las pantallas de televisión y las grandes capitales.
Por ese motivo, junto con nuestro equipo jurídico vamos a impulsar la investigación penal a cargo de la Fiscalía Nº 6 y brindar patrocinio a las víctimas de este ataque para que se esclarezcan los hechos, se haga justicia, se repare a las damnificadas y no vuelva a repetirse una situación así. En ese sentido, esperamos que junto a nuestra tarea de representación técnica podamos aportar a que los dirigentes y autoridades tomen conciencia de su responsabilidad en erradicar la violencia como instrumento político y preservar la integridad física de cualquier militante. Ya hemos visto con el asesinato de Mariano Ferreyra y tantos otros casos qué pasa cuando se naturaleza el uso de patotas en la política. En este punto todos tenemos que poner un límite claro. La política debe ser una batalla de ideas, elecciones democráticas y movilización social, nunca el teatro de operaciones de mercenarios.
Las víctimas de la agresión pertenecen al Movimiento Evita. Mi decisión de asistirlas legalmente como abogado y acompañarlas humanamente como dirigente no implica una toma de posición ante las legítimas diferencias que existen entre distintos sectores del Frente de Todos, sino en reafirmar el compromiso inclaudicable que cualquier militante popular y cualquier argentino de bien debe tener frente a la violencia política sea donde sea y contra quien sea.
Tras el atentado a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, todos los actores democráticos de la sociedad deberíamos tomar conciencia que erradicar cualquier conato de utilización de armas letales en la disputa política es una cuestión nacional de la máxima importancia para preservar la paz en nuestro país. Reaccionemos ahora y pongámosle límites.
Juan Grabois