Visitamos la Asociación Mutual “Sentimientos”

En la jordana de hoy, visitamos a los compañeros que conducen la Asociación Mutual Sentimientos, pionera en el ramo, participaron Jesica Roldan coordinadora de las Ferias de la Economía Popular y Macareca Segovia, coordinadora del área de Política Alimentaria, junto a nuestra secretaria gral, Marta Ferraro, buscando fortalecer lazos comunitarios, ademas de aprender de la experiencia, para ser replicada en Máximo Paz.

Para conocer un poco de la historia de Sentimientos, les compartimos la siguiente nota:

(Por Luis Bruschtein/ Página 12) “Nosotros hemos sido militantes de las organizaciones armadas y cada quien ha hecho su autocrítica, pero reivindicamos nuestra historia y nuestra identidad como militantes, por eso organizamos la mutual”, afirma Graciela Draguicevich, tesorera de la Mutual “Sentimiento”, conformada por ex presos políticos y exiliados de la dictadura. En 1999, el gobierno nacional cedió a la mutual el primero, segundo y tercer piso del edificio que pertenecía a Ferrocarriles del Estado, junto a la estación de Chacarita, que había permanecido desocupado durante seis años. Después de un año y medio de trabajo para reacondicionar el edificio, han recibido cartas documento con amenazas de desalojo por parte del Onabe (Organización Nacional de Administración de Bienes del Estado) a raíz de denuncias presentadas por la delegación Urquiza de la Policía Federal, que funciona en la planta baja del mismo edificio.

“Para no extrañar, seguimos compartiendo el espacio con la policía”, bromea el ex preso Héctor “Mojarrita” Ruiz, también ex boxeador y presidente de “Sentimiento”. Los tres pisos donde funciona la mutual son muy amplios y van quedando impecables. Los ex presos no recibieron ningún tipo de subvención para realizar el arreglo que podría valuarse en casi 200 mil pesos. Formaron una cooperativa y consiguieron del Ministerio de Trabajo doce planes Trabajar. Con eso y lo que ellos definen como “trabajo voluntario” demoraron casi un año y medio en resanar las paredes, puertas y ventanas, pintar, reinstalar el gas, rehacer la instalación eléctrica, poner en condiciones las cañerías de agua, arreglar los pisos y terminar las obras. Hasta lograron hacer funcionar uno de los dos ascensores. El gobierno nacional cedió el predio sólo por cinco años. La otra ONG -dedicada a la lucha contra la drogadicción–, a la que fueron cedidos los dos pisos restantes, todavía no se mudó porque debía invertir 160 mil pesos en arreglos y sólo por cinco años. “La mutual está integrada por ex presos y exiliados, pero la concebimos abierta a la comunidad –afirma Daniel Bas y Mansilla–, por ejemplo, el titular de la cooperativa de trabajo es un ex preso del ‘73, pero los demás integrantes son muchachos que no fueron presos ni exiliados; los talleres están abiertos a los chicos del barrio y los programas de salud, de los cuales ya comenzó a funcionar uno con un gabinete psicológico a cargo de dos psicólogas, también están abiertos al barrio”.

Todos los sábados de 16 a 18 se dan talleres de teatro para niños y de 18 a 20 hay talleres de poesía, instrumentos musicales y tango para jóvenes y adultos. Más de doscientos chicos y chicas pasan por los talleres de teatro y varios de ellos conformaron el grupo Expresiones. Con restos de muebles rotos que habían quedado en el edificio abandonado, los muchachos construyeron el escenario que se encuentra en el primer piso. En el tercero organizaron una juegoteca junto con la Unión de Mujeres Argentinas (UMA) y el gobierno de la ciudad de Buenos Aires para los chicos del barrio, en especial para las familias que habitan en los vagones del playón junto a la estación. La Cruz Roja lleva todos los sábados 15 o 20 chicos de zonas pobres a los cursos y la juegoteca. Todas las actividades para chicos son gratuitas y en las de adultos se cobra un bono de cooperación. “Los desaparecidos también fueron presos políticos de la dictadura, aunque en el caso de ellos fueron presos ilegales –dice Miguel Angel Mori, que se encarga desde Rosario de los proyectos de publicación–;el concepto de preso político es más abarcador que el de desaparecidos, porque tiene una identidad, la mayoría de ellos fueron nuestros compañeros, militantes como nosotros, no fueron solamente víctimas de la dictadura; ellos también luchaban por la transformación de esta sociedad”.

Mori insiste en que, por su conformación, la mutual está involucrada en la problemática de la memoria histórica y los derechos humanos. El primer proyecto de publicación es un libro de cuentos y poesías escritas por los presos para sus hijos desde la cárcel y el exilio. “Casi no podíamos tener contacto con nuestros hijos –agrega– y estos cuentos tienen todo el afecto y la ternura que no les podíamos expresar físicamente y además allí tratábamos de explicarles por qué estábamos presos”. Este libro está terminado, pero no consiguen el dinero para financiar la publicación. Otros dos proyectos son historias de los que estuvieron presos en la cárcel de Coronda, en Santa Fe, y otra de los que estuvieron en Caseros, la cárcel que está a punto de ser implosionada.

“En 25 años pasamos de la ilegalidad a la legalidad absoluta”, bromean, al señalar que participan junto con otras ONG del barrio en los Centros de Gestión y Participación en actividades conjuntas, como fue el acto por el 24 de marzo. Han conseguido una ayuda del Inaes para desarrollar el gabinete informático y tres subsidios de tres mil pesos de los diputados Ramón Torres Molina y América González. “Tenemos ocho proyectos de microemprendimientos aprobados en el Ministerio de Trabajo –explica Draguisevich–, son todos autogestivos porque no tenemos financiamiento”. En el segundo piso, junto al escenario construido por los muchachos, funciona un buffet. Todo fue donado por un ex preso que tuvo negocio y se fundió.

Entre los ocho proyectos viables, pero sin fondos, está una escuela de formación para la pequeña producción y el empleo; otro es un censo sobre los ex detenidos que hay en Argentina. También hay una convocatoria para inventores y por lo pronto tienen tres inventos para desarrollar, que fueron patentados por ex presos. Uno de ellos es un motor ecológico que ganó un tercer premio en la feria de inventos de Ginebra. Y han puesto en marcha otra cooperativa que hace los carnets y las fotos de la mutual y que también trabaja para afuera.

“Nos costó 25 años digerir esta historia, sufrir las consecuencias de la teoría de los dos demonios que nos igualaba con los genocidas, reunirnos y empezar con estas cosas –subraya Mojarra Ruiz–. Primero nos reunimos en SOL (Solidarios ante la Opresión y por la Libertad), pensábamos que no vendrían más de cien compañeros y fueron más de 600. Ahora tenemos filiales en el interior y en Alemania, Francia y España”. Los tres puntos alrededor de los cuales se conformó SOL eran “la recuperación de la memoria histórica; el cese de la impunidad de los represores y la construcción de una red solidaria”. En respuesta a esta última cuestión, crearon la mutual.

Durante seis años el lugar estuvo abandonado, pero resulta evidente el valor comercial y su ubicación estratégica. En el edificio vecino se instaló un shopping y además, el año pasado la mutual se enteró de que Gendarmería Nacional había solicitado formalmente el edificio. Apenas los ex presos se instalaron, comenzaron los problemas con la Policía Federal que no se quejó ante ellos sino que elevó una denuncia a la Onabe que, a su vez, les mandó dos cartas documento con la amenaza de anular el convenio de cesión de uso.

Las cartas de la Onabe sensibilizaron a la mutual “Sentimiento”, que inmediatamente recibió el respaldo de todos los organismos con los cuales vienen trabajando, desde los CGyP de la zona, hasta la Cruz Roja, el Ministerio de Trabajo, Promoción Social, Emergencia Ocupacional y el Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, del gobierno de la ciudad, el Inaes, cooperativas de vivienda y de servicios de la construcción, más agrupaciones universitarias, la Juventud de la CTA, la UMA y organizaciones sociales del barrio enviaron representantes para expresarles su respaldo. “Nuestro trabajo está relacionado con la memoria y los derechos humanos, pero no somos un organismo de derechos humanos, damos testimonio de nuestra historia, pero estuvimos presos porque éramos militantes y eso es más abarcador como definición”, insiste Bas y Mansilla. Los ex presos están enojados, dicen que la Onabe no tiene “Sentimiento”.

Si queres conocer mas podes visitar su web: https://mutualsentimiento.org.ar/nuestra-historia/

Staff y Editores

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