El reclamo por las viandas insuficientes y de mala calidad, la reducción de presupuesto, las prácticas laborales obligatorias y las reformas inconsultas. El pedido de los manifestante fue “Sólo queremos estudiar y enseñar con dignidad”, “No nos criminalicen más, escuchen nuestro reclamo”.

Algunos de los carteles de los estudiantes y docentes estaban escritos con todo tipo de trazos; la mayoría, caseros “Dejen de hostigarnos, solo queremos estudiar y enseñar en condiciones dignas”. “Basta de persecución política a docentes, estudiantes y familias”. “Ministra, empiece a invertir y deje de hacer marketing”. “Seguimos en lucha porque Larreta no escucha”.
La marcha que se desplazo por el barrio porteño desde a calle Urquiza hacia las cinco de la tarde, rumbo a la sede de la Jefatura de Gobierno, en Parque Patricios. Una nutrida columna había partido del Colegio Mariano Acosta, en Balvanera, “el primero que fue perseguido y criminalizado, como lo fueron después todos los colegios en lucha”, denunciaba allí Isabella, del Centro de Estudiantes.
Las consignas eran variadas pero dos puntos las aglutinaban: el primero, un pedido muy concreto de diálogo con las autoridades porteñas ante reformas inconsultas como la de la Secundaria del Futuro o las practica laborales obligatorias. El segundo, de fondo y urgente, el reclamo por mayor presupuesto en un área que es la que más recortes y subejecuciones  ha sufrido en la Ciudad de Buenos Aires.
Las tomas estudiantiles, que llegaron a ser 25 en la ciudad, e inéditamente fueron respondidas con la Policía de la Ciudad pidiendo datos a menores, y luego yendo a las casas de las familias en patrulleros a entregar en mano citaciones judiciales, además de la increíble presentación de la ministra Soledad Acuña para que los padres paguen de sus bolsillos por día de toma.
En la manifestación hubo distintos oradores, docentes y estudiantes; tanto desde los gremios como desde la Unión de Centros de Estudiantes celebraron “la unión en un reclamo que es justo y es urgente”.

Los organizadores calificaron la marcha como “histórica”, no sólo por lo masiva, sino también por la contendente convergencia de estudiantes y docentes, nuevamente reunidos en un reclamo común. Tanto la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) como Ademys, los dos gremios docentes más importantes de la Ciudad, llamaron ayer a un paro que tuvo gran acatamiento.

En la mayoría de las escuelas, mientras tanto, las tomas y pernoctes se habían levantado (sólo permanecían tomadas la Escuela en Artes Visuales Rogelio Yrurtia, que tiene serios problemas edilicios a pesar de ser una construcción relativamente nueva, la Rodolfo Walsh, la Técnica N° 6 Fernando Fader y la Manuel Belgrano). En el resto, mientras tanto, se decretaba el “estado de asamblea permanente”, “como un gesto que tenemos los estudiantes hacia quienes nunca nos escucharon, y ahora ponen como condición para ese diálogo que tanto declaman pero que nunca tuvimos, que no haya tomas”, sintetizó Ana, del colegio Mariano Moreno.

Staff y Editores

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